Centro de Terapias Alternativas
El iniciado Reiki-I se llama Servidor de la Luz, por el deseo de enfatizar la noción
de servicio, de entrega, que es la base de amor y compasión necesaria en toda
práctica terapéutica. Este grado faculta para realizar tratamientos por las manos,
sea a uno mismo o a otro ser vivo. Por ello, el sanador Reiki-I es un terapeuta
manual.
El iniciado Reiki-II se llama Portador de la Luz, y faculta para realizar tratamientos
a distancia o mentales, por lo que el sanador Reiki-II es un terapeuta psíquico.
El iniciado Reiki-III y maestría se llama Maestro de la Luz, y tiene la tarea de
enseñar el sistema a las sucesivas generaciones, así como transmitir las
ordenaciones (iniciaciones) a los nuevos sanadores.
En el apartado sobre sanación kármica o causal explicaré porqué todo se resume
en la Luz. De momento, ten en cuenta que existe una progresiva capacidad de
intervención del terapeuta, en cada grado, a la hora de movilizar los recursos
energéticos que resumimos en el término Reiki.
El terapeuta manual Reiki simplemente aplica sus manos conscientemente, la
intención es el activador, y la energía se trasporta de modo impersonal. El
sanador psíquico interviene voluntaria y personalmente en el proceso de
canalización, al elegir la modalidad de patrones energéticos que se imprimen en
el receptor. El maestro Reiki tiene la más alta responsabilidad, al convertirse en
un sostenedor del linaje de la enseñanza, que significa que tiene por delante la
tarea de equipararse realmente con los guías espirituales que están en el origen
de la canalización, en los planos de pura Luz, y conforme alcance su propia
realización espiritual, el llevar creativamente el sistema Reiki a la evolución con
sus aportaciones maestras.